Balance social, un instrumento necesario de identidad

Análisis
Balance social, un instrumento necesario de identidad

Nuestra capacidad para actuar en el mundo está totalmente condicionada al contexto histórico, social, político y económico en el que nos desenvolvemos. No es posible pensarnos sin el otro o lo otro (naturaleza), somos seres marcados por lo gregario de nuestra especie (Graeber, 2014) (Vásquez Andrade, 2010).

En esta magnitud, nuestra libertad de acción está condicionada a la interacción positiva o negativa con el otro, haciendo de nuestra libertad individual algo falaz, es decir solo podremos entender nuestra libertad como un común, como un colectivo (Bautista, 2014).

La acción de toda empresa humana, como evidencia de una voluntad política por hacer que las cosas pasen y no que las cosas nos pasen, pone en evidencia la diferencia entre ser personas sujeto y personas objeto. En este marco conceptual la implementación de un balance social se constituye en un instrumento que evidencia la identidad institucional, ubicando por una parte, el ser de la institución en la obtención de réditos económicos como principio y fin o el buscar el ser de las personas, circunstancia en las que la actividad es medio, no el fin (Panchi, 2004).

Contar con instrumentos que pongan en evidencia el ser de una institución y permitan servir de medio de navegación para conseguir los fines fundacionales, se tornan de importancia estratégica.

Así un balance social deberá, entre otras cosas, poner en evidencia el cumplimiento del propósito institucional y servir como mecanismo para calificar el buen o mal logro de esta, separando las acciones adjetivas o de maquillaje de las acciones ciertas, contundentes e imbricadas en el que hacer mismo de la organización.

Es necesario tener en cuenta que una organización que está conectada con su contexto y territorio, es decir con un tejido social específico, se debe al mismo y lo que ocurra con este espacio o campo de acción en un mediano o largo plazo retornará a los resultados de la institución.

Por tanto, trabajar en el buen desarrollo del contexto es acción estratégica y mecanismo de gestión de riesgos, siendo de tal magnitud que no se puede entender una calificación de riesgo buena en una institución con un balance social mediocre. Por ello la necesidad de incorporar el resultado del balance social en el sistema de calificación de riesgo, como un ejercicio con perspectiva estratégica de sostenibilidad institucional.

Llevar a la práctica lo propuesto, implica un desarrollo conceptual de la normativa y una evolución positiva de las mejores prácticas en la gestión de instituciones financieras.

Foto: Jardín Azuayo