90 mujeres en situación de movilidad humana se insertaron a la economía popular y solidaria del país en 2023 a través de la participación en cajas de ahorro.
Durante el 2023, ONU Mujeres oficina Ecuador desarrolló, a través del proyecto Caminando, una estrategia de inserción de 90 mujeres en situación de movilidad humana a la economía popular y solidaria del país. Asimismo, fortaleció en gobernanza de género a 4 cajas de ahorro ubicadas en Imbabura, Guayas, Santa Elena y Sucumbíos y a la Red de organizaciones y finanzas populares y solidarias Red Panas.
ONU Mujeres se suma a los esfuerzos de los organismos internacionales multilaterales de cooperación para reducir la brecha de género en la inclusión financiera. Las mujeres que son parte de las cajas de ahorro de esas localidades comparten el deseo de acceder a servicios financieros y encontrar formas de integrarse en sus comunidades y al desarrollo local, generando cohesión y pertenencia.
Las desigualdades entre mujeres y hombres persisten hoy en todas las regiones del mundo y se manifiestan en todos los ámbitos de la vida de las mujeres y las niñas, en menor inserción laboral, menores salarios, menor representación en puestos de toma de decisiones, bajo acceso al sistema financiero y mayor tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, entre otros.
En este escenario, la inclusión financiera de las mujeres es reconocida en la Agenda 2030 como una meta acorde con la igualdad de género y el fortalecimiento de las capacidades económicas de niñas y mujeres en el mundo (ODS 5). La implementación de estrategias para reducir las brechas económicas entre mujeres y hombres en el acceso, uso y calidad de los productos financieros es un medio y requisito necesario para mejorar las oportunidades económicas de las mujeres, elevar su estándar de vida y bienestar, el de sus familias y sus comunidades, así como fortalecer sus capacidades de autonomía, autogestión y sobre todo empoderamiento económico.
La economista feminista Naila Kabeer define el empoderamiento económico como "el proceso mediante el cual se amplía el acceso a los recursos productivos y se aumenta el control sobre los mismos, en el hogar y la comunidad, a través de cambios en las relaciones de poder" (Kabeer, 1999).
Los organismos multilaterales y la cooperación pueden facilitar programas de capacitación y educación financiera diseñados para mujeres. Estos programas buscan mejorar la alfabetización financiera, empoderar a las mujeres para tomar decisiones informadas sobre sus finanzas y fomentar una mayor participación en la gestión de recursos económicos. Al abordar las desigualdades financieras de género, las cajas de ahorro contribuyen a la reducción de la brecha económica entre hombres y mujeres; esto no solo beneficia a las mujeres individualmente; también tiene un impacto positivo en el desarrollo económico de sus familias y comunidades.
La economía feminista y comunitaria considera a las iniciativas del sector popular y solidario como el mecanismo que aborda las brechas de desigualdad generadas desde el sistema capitalista tradicional. Estas iniciativas contribuyen de forma material o simbólica en la transformación social, al reconocer el aporte de la mujer en la sociedad y garantizar la posibilidad de superar la subordinación generada desde el patriarcado.
En Ecuador, la economía popular y solidaria surge como una alternativa para el crecimiento económico; es parte del sistema financiero nacional, presenta un enfoque económico que busca promover la inclusión, la participación y la equidad en el desarrollo económico del país y se centra en principios de autogestión, solidaridad y justicia social.
Las mujeres en situación de movilidad humana enfrentan dificultades económicas significativas al asentarse en el país de destino y dificultades para acceder a servicios financieros de primera línea, por lo que las cajas de ahorro resultan ser una alternativa para acumular fondos de emergencia y contar con estabilidad financiera durante períodos difíciles parte del asentamiento en el país receptor. Así también, ofrecer a las mujeres programas de educación financiera que sean culturalmente sensibles y con enfoque de género es esencial.
Según Arelis Meza y Marcela Guachamín (2022), en Ecuador existe un bajo nivel de inclusión financiera: apenas el 1,9% de la población ha recibido capacitaciones y material de educación financiera. Así mismo, se presentan brechas de género, ya que las mujeres tienen menores probabilidades de acceder a un crédito.
Estos antecedentes han impulsado a las mujeres emprendedoras a tomar la iniciativa de crear cajas de ahorro que, bajo los principios de solidaridad, cooperación y reciprocidad, generan empoderamiento e independencia económica. A través de las cajas de ahorro las mujeres migrantes, refugiadas y ecuatorianas gestionan sus propios recursos. Esto, sumado a procesos de formación en educación financiera y liderazgo, fortalece su autonomía económica y promueve la cultura de ahorro entre las mujeres, alentándolas a planificar y ahorrar para cumplir metas a corto y mediano plazos. Esto puede ser especialmente valioso para enfrentar emergencias, invertir en educación o iniciar pequeños negocios.
Las cajas de ahorro implementadas por ONU Mujeres Ecuador, conjuntamente con ADRA como socio implementador, han demostrado servir como espacios de encuentro en los que pueden conectarse, compartir experiencias y generar redes de mujeres pequeñas empresarias y emprendedoras.
Con ello se fortalece la colaboración y se abren oportunidades para el crecimiento conjunto y la sororidad; fomentan la autogestión económica de la comunidad y promueven la solidaridad mediante la cooperación para alcanzar objetivos financieros comunes.
Foto: ONU MUJERES