Promuc y su experiencia con la transversalización del enfoque de género

Experiencias
Promuc y su experiencia con la transversalización del enfoque de género

La experiencia demuestra que existen brechas, barreras y sesgos de género que afectan el proceso de inclusión social y financiera de las mujeres.

Las barreras a la inclusión financiera y social de la mujer están estrechamente relacionadas a estereotipos de género como la falta de autonomía, empoderamiento y poder de decisión y negociación en el hogar, sumados a los temas de violencia de género y los derechos sexuales y reproductivos.

En relación a la inclusión financiera, existen sesgos de género para otorgar un crédito a emprendedoras porque se las ve menos rentables que a los varones; las mujeres deben demostrar que son más talentosas, que tienen mayor experiencia y que son más rentables. También se las excluye por maternidad, hecho que está ligado al estereotipo de que las mujeres están menos tiempo dedicadas al negocio y más concentradas en la familia. Así mismo, existe sesgo de afinidad, dado que los funcionarios de crédito, en su mayoría son aún varones.

Además, es cada vez más evidente que en América Latina, como en gran parte del mundo, las mujeres tienen menos probabilidades de recibir el mismo salario que recibiría un hombre por el mismo trabajo o de que les aprueben un préstamo o accedan a una cuenta bancaria.

Sin ninguna duda, el cierre de brechas de género y considerar el tema de género como transversal en toda intervención institucional deben ser prioridad en la agenda de todos los estamentos de gobierno y las instituciones de cada país.

El cierre de brechas de género actuará como un facilitador del desarrollo empresarial y de la inclusión social, teniendo en consideración que, una mayor inclusión financiera de las mujeres contribuirá, en forma significativa, a la disminución de la pobreza y la desigualdad de ingresos, lo que incentivaría el crecimiento económico y el desarrollo nacional.

De acuerdo al último Global Gender Gap en 2023, Perú obtuvo una puntuación de 0,76 en el índice de brecha de género, lo que muestra una brecha de género de aproximadamente el 24%, es decir que las mujeres tienen un 24% menos de probabilidades que los hombres de tener igualdad de oportunidades.

En relación a la transversalización del enfoque de género, en julio de 1997 el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) definió el concepto de la transversalización de la perspectiva de género en los siguientes términos:

"Transversalizar la perspectiva de género es el proceso de valorar las implicancias que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas o proyectos, en todas las áreas y en todos los niveles. Es una estrategia para conseguir que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte integrante en la planificación, la implementación, ejecución, control y evaluación de las políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpetúe la desigualdad, la subordinación ni dependencia de las mujeres. El objetivo final de la transversalización es conseguir la igualdad de los géneros."

En el "Consorcio de Promoción de la Mujer y la Comunidad" (PROMUC) y todas sus instituciones de microfinanzas asociadas, se trabaja intensamente en ejes estratégicos de intervención como género, ruralidad, antipobreza e inclusión financiera y no financiera. Sin duda, la transversalización del enfoque de género tiene especial preponderancia en nuestras intervenciones.

Por ejemplo, nuestra asociada "Manuela Ramos" nos comenta a través de Liliana Ramirez, Jefe de Negocios y Operaciones de su programa CrediMujer, lo siguiente:

"Desde CrediMujer – Movimiento Manuela Ramos, promovemos la formación de bancos comunales de mujeres, como un medio para apoyar sus emprendimientos, proporcionándoles créditos, que les permiten movilizar sus negocios y generarse ingresos propios, frente a un contexto donde la economía formal es incapaz de absorber la mano de obra que año a año ingresa al mercado de trabajo. Se fortalecen sus capacidades y habilidades, en un ambiente de aprendizaje individual y colectivo, para gestionar mejor sus negocios, reconocerse como sujetos de derechos, tomar decisiones y ejercer el control de sus vidas, en la esfera productiva y reproductiva.

Reconociendo también que el trabajo de cuidados recae en la mujer, relevamos la importancia de la corresponsabilidad en la crianza, tareas domésticas y cuidado de las personas enfermas y ancianos, así como el derecho a vivir una vida libre de violencias."

En el Consorcio PROMUC, tenemos en cuenta que muchas mujeres se encuentran en situación de vulnerabilidad y es por ello que afirmamos que se debe trabajar una estrategia de prevención de la violencia de género, cuyo objetivo sea lograr la autonomía económica de las mujeres para reducir la reincidencia a situaciones de violencia.

De igual manera, estamos convencidos que es necesario investigar sesgos, barreras y características que afectan la inclusión financiera y social de las mujeres, así como sus necesidades y decisiones financieras, para cerrar brechas y lograr una mayor inclusión.

Foto: Promuc