El rol de las mujeres en las finanzas para el desarrollo

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El rol de las mujeres en las finanzas para el desarrollo

A lo largo de la historia, las mujeres han afrontado múltiples limitaciones en diversas áreas de la sociedad. A pesar de los avances sustanciales para reducir estas brechas de género, las disparidades persisten y las mujeres continúan enfrentando desafíos sistémicos que generan inequidad de oportunidades y representación en varios espacios, desde lo político, social, laboral, económico y otros.

El ámbito financiero no es la excepción, ya que varios factores, que van desde lo cultural hasta lo económico, han impedido que la mujer acceda y use de forma igualitaria productos y servicios financieros. En el Ecuador, según datos del Global Findex 2021, el 58% de las mujeres acceden a una cuenta de ahorros, esto es 13 puntos porcentuales por debajo del acceso en el caso de los hombres (71%). Además, solo el 14,5% de las mujeres tienen acceso al crédito, es decir, menos de la mitad de los hombres que acceden a este producto financiero (32%).

A pesar de estas importantes brechas, varios estudios empíricos demuestran la importancia de atender financieramente a las mujeres, pues el impacto de su empoderamiento económico no solo contribuye al incremento de su bienestar, sino al desarrollo del núcleo familiar y de la comunidad en la cual se desenvuelve, impulsando el crecimiento económico y contribuyendo de forma significativa al desarrollo social; siendo esta una de las principales razones por las que las mujeres desempeñan un papel crucial en las microfinanzas.

Estos estudios señalan que cuando las mujeres tienen control sobre los recursos financieros, invierten efectivamente en sus hogares, a través de la educación, atención médica y nutrición para sus familias. Efecto que se extiende positivamente en el tejido socioeconómico de la comunidad. Además, no solo los estudios empíricos, sino la data, demuestra que las mujeres tienden a ser prestatarias más confiables, pues sus tasas de pago superan a las tasas de los hombres, lo que demuestra disciplina y responsabilidad financiera que, a su vez, contribuye a la sostenibilidad de las instituciones microfinancieras, permitiéndoles llegar a más personas y crear un impacto más profundo.

Las mujeres en las microfinanzas, además, se han convertido en modelos a seguir y catalizadoras del cambio dentro de sus familias y comunidades, generando así un círculo virtuoso de empoderamiento. A medida que las mujeres logran esta independencia financiera y un crecimiento en su bienestar económico, inspiran a otras mujeres a seguirlas, empoderarse y salir del ciclo de la pobreza, a través del manejo adecuado de sus recursos financieros.

En este sentido, las instituciones microfinancieras se vuelven un actor clave para la generación de oportunidades, por medio de la oferta de productos y servicios financieros que estén orientados a solventar y atender las necesidades particulares de las mujeres, en función de su estrato social, grado de educación, nivel de ruralidad, posicionamiento en el hogar, y otros factores que influyen en su comportamiento financiero.

En consecuencia, para trabajar en el diseño, desarrollo e implementación de productos y servicios financieros dirigidos hacia mujeres, es fundamental contar con las perspectivas, experiencias, necesidades y conocimiento que aportan las propias mujeres, por lo que su rol como líderes y tomadoras de decisión en las instituciones microfinancieras, además de fomentar un panorama más inclusivo y diverso, garantiza la creación de productos y servicios más receptivos y eficaces para este grupo poblacional.

Sin embargo, aquí también se evidencia una brecha de genero importante. De acuerdo con el estudio que anualmente realiza Deloitte "Women in the boardroom: A global perspective", en el año 2022, a pesar de que la industria financiera es la que más a crecido en estas cifras en América Latina, solo el 11,3% de los miembros de los Directorios y solo el 1,6% de los Gerentes Generales son mujeres.

Los esfuerzos para cerrar esta brecha requieren de un apoyo continuo y el involucramiento de diferentes actores como: organismos de control, entidades financieras, academia, sociedad civil, y otros, que trabajen en la creación de políticas púbicas que promuevan la igualdad de género; políticas y directrices institucionales que permitan una mayor participación mujeres en los puestos de toma de decisión y alto nivel, así como que fomenten el liderazgo femenino y participación activa en los directorios y consejos directivos; programas de capacitación permanente y educación financiera dirigida hacia mujeres; productos y servicios financieros que atiendan necesidades específicas de este grupo poblacional; redes de apoyo que permitan eliminar barreras culturales y sociales que obstaculizan la participación equitativa de la mujer; herramientas de seguimiento, control y monitoreo, entre otros.

La inclusión y el empoderamiento de las mujeres dentro de las microfinanzas, es una inversión en un futuro más alentador para las familias y las comunidades, que requieren un compromiso continuo para eliminar barreras, brindar apoyo y promover políticas públicas que fomenten la igualdad. Esto no solo impulsa a un crecimiento económico sostenido, sino que también contribuye a construir sociedades más resilientes y equitativas.

 

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