Para una mayor reflexión sobre el tema de análisis, es necesario desagregar eslabones que permitan identificar las brechas que se vienen arrastrando en nuestra colectividad e industria, las mismas que tendrán aún espacio de pernoctar especialmente por las condiciones y visiones del desarrollo aplicado en los países de renta media hacia abajo en los próximos años, debido principalmente a:
- La vulnerabilidad social determinada con base en seis dimensiones: ingresos, salud, educación, vivienda, factores de la población y dependencia de la agricultura.
- La desigualdad en la distribución de ingresos.
- El acceso digital de las personas a los diferentes productos y servicios, relacionados con las necesidades de una población vulnerable.
Frente a estas condiciones generales, es importante establecer que, en Ecuador, la población pobre o vulnerable, que no puede cubrir el costo de la canasta básica, se estima en alrededor del 62.7% de la población total, y un 10.8% de la población está en pobreza extrema, sin poder cubrir el costo de la alimentación mínima para sobrevivir. Esta realidad invita a repensar en una inclusión financiera digital con matices innovadores para incursionar con mayor fuerza.
Al analizar el panorama digital en el Ecuador, al 2023 (último informe de DataReportal), este refleja cifras notables. Usuarios de internet: 14.72 millones, bajo una tasa de adopción del 81.3%, con relación a la población total. Participación de redes sociales: 13.30 millones de usuarios, que equivalen al 73.5% de la población total, los mismos que no siempre representan individuos únicos. Y, 16.7 millones de conexiones móviles, que representan el 92.3% de la población total. Estas cifras, podrían superar sus valores debido al uso múltiple de conexiones por persona.
El Ecuador se encuentra inmerso en un panorama digital dinámico y en constante crecimiento. Las tendencias sugieren un futuro digital para el país, marcado por la permanente integración de la tecnología en la vida cotidiana de sus ciudadanos (DataReportal).
La inclusión financiera digital no debe considerarse un fin, sino un medio para lograr una inclusión productiva para la generación de empleo, acompañada de ética, responsabilidad, creatividad e innovadora.
Con estos antecedentes, y si se considera que el objetivo es avanzar hacia el "Acceso y uso de servicios financieros digitales para poblaciones vulnerables, que estén bajo una regulación apropiada, que garantice esquemas de protección al usuario financiero y promueva la educación financiera, para mejorar las capacidades de los segmentos de esta población", es de suma importancia trabajar desde varios espacios con las condiciones disponibles, para en el mediano plazo disponer de alta participación de clientes que usen modelos locales y creativos.
Además, la inclusión financiera digital no debe considerarse un fin, sino un medio para lograr una inclusión productiva para la generación de empleo, acompañada de ética, responsabilidad, creatividad e innovadora. Las instancias público-privadas son las llamadas a liderar y acelerar una inclusión financiera que no solo sea parte de una propuesta política, sino de una realidad anhelada por toda la población.
En este entorno, Fundación FACES decidió apostar por la inclusión digital para poblaciones pobres desde hace siete años, centrando sus esfuerzos en clientes con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) mayores al 45%.
La institución partió con el concepto de consolidar una institución Fintech, usando tecnología para brindar servicios financieros de manera eficiente, ágil, cómoda y confiable. Tarea compleja pero no imposible, encontrando su primer reto en los clientes internos, debido a la resistencia mostrada en su momento, ya que estimaban que se trataba de un control adicional y no de un beneficio para ellos, la institución y los clientes.
Posteriormente, para incorporar la digitalización de los clientes externos, se analizó "El perfil del microempresario/a", basado en 25 indicadores financieros y 12 indicadores sociales de los clientes con microcréditos vigentes, para disponer de una muestra actualizada. Entre los indicadores relevantes se pueden citar, que: el 51% son mujeres; el 61% tiene una edad entre 21 y 45 años; el 59% realizan actividades agropecuarias; el 62% están en el sector rural; el 58% tienen educación primaria; el 77% disponen de conexiones móviles; y, el 53% tiene activos de la microempresa entre 500 y 8.000 dólares.
Se diseñó una APP individual para microempresarios, que se encuentra en versión 2.0, con el objetivo de generar información en tiempo real acerca de las relaciones comerciales que mantiene el cliente con FACES; los derechos y obligaciones a los cuales se compromete; los servicios a los que puede acceder; información de su microempresa, con la finalidad de que puedan interactuar con otros microempresarios en diversas negociaciones; disponer de un servicio de PQRS (quejas, reclamos y sugerencias) en forma directa a la matriz, evitando se traspapelen en el camino; y finalmente, el uso del APP para solicitar microcréditos en línea.
El APP y la información disponible, le generan al microempresario poder de negociación para sí mismo y dentro de su comunidad, ya que conoce sobre los servicios financieros a los que puede acceder y posee herramientas para solicitar ampliación de información para la toma de las mejores decisiones, en caso de que lo necesite.
Para 2024, el acceso y uso de la APP dependen de la localidad, especialmente por la cobertura y conectividad disponible. Estas cifras van del 6% al 50% del total de los clientes, con un promedio institucional del 22% de las 25 agencias, en 9 provincias del país.
Entre los resultados importantes podemos citar los siguientes:
- El uso de medios digitales para la inclusión financiera de poblaciones pobres permite mejorar su bienestar cuando acceden y utilizan una APP. Los resultados son tangibles e inmediatos, se disminuye la movilidad desde su microempresa para realizar gestiones, bajar los costos de transacción de un crédito; así como informarse, reclamar y/o hacer sugerencias sobre los servicios que están recibiendo, con base en la información entregada. Por tanto, se reduce la creencia de la exclusión por su condición de pobreza, informalidad, alejamiento geográfico, género, ingresos o discapacidad.
- Al disponer de contenidos accesibles, se garantiza que todas las personas, incluyendo aquellas con discapacidades o necesidades específicas, puedan participar plenamente en la plataforma, promoviendo inclusión e igualdad de oportunidades para todos los usuarios.
- Con la inclusión social se mejoran de forma integral las condiciones de vida de las personas, además de ofrecer las mismas oportunidades de servicios y educación con las que cuenta y disfruta el resto de la sociedad.
- Se contribuye al crecimiento económico en dos formas: la primera, al proveer acceso factible a los servicios financieros para reducir la vulnerabilidad de estos y, además, mejorar sus estándares de vida.
Aunque se ha logrado que un 22% de los clientes puedan utilizar los medios digitales, la tarea continúa, esperando que, al final de 2024, FACES duplique esta cifra, y en dos años lograr que el 100% de los grupos vulnerables accedan a medios digitales para el crecimiento personal y sus actividades de generación de ingresos.
La tarea no es fácil, sin embargo, los resultados logrados demuestran que la digitalización es el camino correcto para lograr eficiencia y mayor cobertura en las finanzas inclusivas. La posibilidad está abierta para todos, lo importante es que existe alta disposición de las partes.
Foto: Faces