Desafíos pro inclusión, en medio de un entorno cambiante

Editorial
Desafíos pro inclusión, en medio de un entorno cambiante

Considerando como referencia el período comprendido entre enero de 2023 y finales de 2024, el Ecuador se ha visto inmerso en una serie de eventos que, por su trascendencia, se han convertido en esos puntos de impacto que, desde el interior de las organizaciones de todo tipo, han incidido en su desempeño, la toma de decisiones y en el diseño de estrategias que permitan su sobrevivencia y, si es posible, su crecimiento en un entorno que varía a un ritmo acelerado y acompañado, muchas veces, de altos niveles de incertidumbre.

Y, precisamente, en ese escenario, el sector financiero es una de las actividades que ha ido sintiendo el efecto, primero, de una recuperación pandémica que, por los hechos que han ido sucediendo, no se ha logrado todavía consolidar sobre todo dentro del tejido productivo- y, segundo, el surgimiento de episodios de gran impacto, principalmente, vinculados al campo político, institucional y económico del Ecuador -primer cuatrimestre de 2023, convocatoria a consulta popular por el expresidente Guillermo Lasso y la inestabilidad política generada debido a los resultados adversos obtenidos; segundo cuatrimestre de 2023, invocación de la muerte cruzada por el mismo gobierno de Guillermo Lasso y convocatoria a elecciones anticipadas, dentro de las cuales se produce el asesinato de uno de los candidatos presidenciales; tercer cuatrimestre de 2023, posesión de Daniel Noboa como nuevo Presidente, en medio, por el cambio gubernamental ocurrido de forma rápida, de expectativas positivas que duraron muy poco; primer cuatrimestre de 2024, en enero, explosión de la inseguridad en el Ecuador y la declaración de "conflicto armado interno", a inicios de abril se incrementa el IVA al 15% y a mediados de abril surgen los primeros apagones eléctricos de impacto grave; segundo cuatrimestre de 2024, van apareciendo los preparativos para las elecciones de febrero 2025 acompañados de rupturas de alianzas políticas que complican la gobernabilidad nacional; tercer cuatrimestre de 2024, se agrava el problema de los apagones eléctricos acompañados de decisiones que se contaminan por la cercanía del nuevo proceso electoral programado para inicios de 2025.

Todo este conjunto de variables del entorno, al interactuar y estancar a la economía nacional, han hecho que, de acuerdo al estudio "Los desafíos del sistema financiero ecuatoriano en el entorno actual", llevado a cabo por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), indicadores clave del funcionamiento del sector se hayan ido deteriorando -aumento de la morosidad de los clientes que han recibido créditos, disminución en la cobertura de la cartera en riesgo, disminución en la colocación de nuevos créditos y acumulación de depósitos con costo de fondeo elevado-.

Frente a esta realidad, pensando en 2025, hay varios desafíos que, en medio de las expectativas que generará el nuevo gobierno a elegir, deberán ser tomados como prioridades sectoriales que, con el trabajo sinérgico de todos los actores públicos y privados del sector financiero, servirán de base para la toma de decisiones e implementación de estrategias que contribuyan al fortalecimiento del comportamiento sistémico positivo sectorial que, por su rol dentro del funcionamiento de la economía nacional, juega un papel clave al momento de captar el ahorro de las familias y las empresas para, luego, con la serie de productos diseñados colocarlo en calidad de crédito que, cuando están bien gestionados, es el impulsor de la inversión que, inmediatamente, activa el incremento de la producción y, con ello, la generación de fuentes de trabajo que la mayoría de ecuatorianos están a la espera, desde hace mucho tiempo, como señal de que el país sí es capaz de crear nuevas oportunidades laborales.

"

En medio de estos desafíos, hay que sumar la ejecución integrada de varias acciones para que, la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera y la de Educación Financiera, pasen de la bonita narrativa a hechos que, efectivamente, lleven a que las personas, en situación de mayor vulnerabilidad, no se queden fuera del acceso a los productos que son ofrecidos por las diversas instituciones que integran el sector financiero del Ecuador.

"

También, resulta importante trabajar en el fortalecimiento de "los principios cooperativos llevados a la acción" por parte de aquellas instituciones relacionadas, de manera directa, a la oferta de productos para los actores de la Economía Popular y Solidaria. Otro ámbito en el que se deberá trabajar, para ir consolidando la inclusión en múltiples dimensiones, es en el diseño de formas de financiamiento especializadas para el sector de la pequeña y mediana empresa (PYME).

Y, finalmente, como parte de esta cartera de desafíos, hay que direccionar esfuerzos, desde diferentes frentes -Estado, sector privado y academia, a la reconversión de los procesos de digitalización que, por los apuros pandémicos para no morir en el camino, fueron diseñados e implementados de forma emergente, apurada y sin planificación y que, desde la óptica existencial, son los que, en la actualidad, siguen funcionando lamentablemente, muchos de ellos, con señales de ineficiencia que, al final, resta competitividad a sectores como el sector financiero en donde, por el tipo de productos que ofrece, las aplicaciones digitales cada día son incorporadas por un mayor número de instituciones. De ahí, la necesidad que esas innovaciones tecnológicas digitales funcionen bajo criterios de excelencia para beneficio de la propia institución y, sobre todo, para los usuarios del servicio financiero ofertado por quienes son parte de espacios de actividad como el de las finanzas para el desarrollo.

Foto: Adobe FireFly.