Supervisión y Responsabilidad Social en Instituciones Financieras

Experiencias
Supervisión y Responsabilidad Social en Instituciones Financieras

En el contexto de las instituciones financieras, surge la interrogante de cómo pueden ser socialmente responsables y sostenibles al mismo tiempo, ya que tradicionalmente se les asocia con el lucro.

¿Cuál debería ser el compromiso de estas entidades, no solo las ONG, sino todas las instituciones financieras en general?

Una de las dimensiones clave es el órgano de gobierno, que debe reflejar los valores y principios de responsabilidad social que deben estar intrínsecos en el ADN de la organización y de las personas que la conforman. Es importante ser selectivo al incorporar miembros a la asamblea y al directorio, especialmente en el caso de las instituciones sin fines de lucro, para garantizar que tengan el perfil adecuado y respondan al esquema de ser socialmente responsables. Este cuidado en la selección se extiende también a los diferentes comités que funcionan en el directorio.

Además, es fundamental contar con un adecuado proceso de selección y capacitación de los empleados, para garantizar que sean idóneos y refuercen la cultura de responsabilidad social de la organización. No solo se trata de hacer un seguimiento y supervisión interna, sino también de estar dispuestos a someternos a evaluaciones externas que verifiquen nuestro cumplimiento adecuado de la misión. En el caso de Bolivia, las entidades financieras tienen la obligación de presentar una calificación de riesgo financiero, así como una calificación de desempeño social o responsabilidad social empresarial, lo que asegura una evaluación externa y un cumplimiento normativo que demuestre nuestra responsabilidad social.

¿Por qué ser socialmente responsables?

La existencia de entidades financieras socialmente responsables responde a la demanda de ciertos sectores de la población que no son atendidos por la banca tradicional. Es por eso que es necesario que estas instituciones muestren un ejemplo a seguir para el resto del sector financiero. Su propósito real radica en brindar servicios financieros a aquellos que han sido excluidos por la banca tradicional, y su impacto sostenible puede ser ampliamente aplicado.

En ese sentido, es esencial que las instituciones financieras puedan demostrar en sus acciones lo que realmente son y no solo limitarse a declaraciones de intenciones. Por lo tanto, contar con una estructura interna especializada en la identificación de indicadores de impacto y medición de resultados, con una periodicidad determinada, como la de doce meses, es fundamental. Por ejemplo, si se declara que se atiende a personas en situación de pobreza, es necesario contar con mecanismos de medición que permitan evaluar cuántas personas en esa condición se están beneficiando de los servicios en un año. De igual manera, si se afirma que se está mejorando la calidad de vida de las personas y sus familias, es importante contar con indicadores periódicos que muestren si realmente se están logrando avances en términos económicos y acceso a servicios básicos como la salud. Es recomendable establecer una pequeña unidad interna que realice mediciones periódicas, como trimestrales, para asegurarnos de estar en el camino correcto hacia el cumplimiento de nuestra misión.

¿Cómo garantizar el cumplimiento del compromiso social de las entidades?

El papel del sector público y los gobiernos es fundamental, es necesaria la existencia de centros de control que supervisen el funcionamiento adecuado de estas entidades financieras socialmente responsables. Esto implica presentar informes de desempeño social y responsabilidad social empresarial, que cuenten con un plan de ejecución que defina las acciones concretas a realizar en este ámbito. Al final de la gestión, se debe enviar un reporte detallado que permita al regulador evaluar si se ha cumplido con lo que se propuso al inicio de la gestión. Estos reportes deben contar con la aprobación de los órganos de gobierno, como el directorio y la asamblea, de la entidad; de esta manera, se establecen filtros internos que aseguran una supervisión y cumplimiento adecuados.

En este sentido, es imprescindible contar con una cadena de supervisión y cumplimiento sólida. Para ello, es importante reconocer la importancia de aspectos clave que no pueden faltar en esta estructura. El cumplimiento de los objetivos y metas establecidos marca la diferencia dentro de la organización y refuerza el compromiso institucional y gubernamental. Asimismo, es fundamental destacar los esfuerzos realizados por la cooperación internacional en el desarrollo de metodologías y grupos de indicadores que nos permiten evaluar el cumplimiento de la misión y brindar una atención de calidad y calidez a la clientela objetivo. Estas metodologías se han convertido en hábitos institucionales y han sido recogidas por el regulador como prácticas relevantes.

En este tipo de organizaciones, lo básico no es solo proclamar los principios y valores, sino demostrarlos a través de acciones concretas. Es fundamental tener la capacidad y la posibilidad de demostrar que realmente hacemos lo que decimos. Esto implica implementar las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de los objetivos y metas establecidos, así como la atención adecuada a las necesidades de los clientes. Es mediante la práctica constante y el enfoque en la ejecución de acciones responsables que se demuestra el compromiso y la seriedad de la organización.

Foto: Crecer IFD